Desenterrando la leyenda: ¿Por qué Múnich es la reina de la cerveza?
Es imposible pensar en Alemania sin imaginarse a Múnich con su infame reputación como la capital mundial de la malta espumosa. Desde pequeños rincones cerveceros hasta festivales que parecen no tener fin, esta ciudad ha convertido el arte de la cervecería en su sello distintivo. Cada año, millones de viajeros se dejan seducir por su ambiente jovial, sus tradicionales litros de cerveza y la cultura que respira en cada esquina.
Los templos cerveceros: Toma asiento en las cervecerías emblemáticas
Adentrarse en las tabernas más antiguas de Múnich es como abrir una puerta al corazón bávaro. Con un vestuario que parece salido de cuento —lederhosen y dirndls— los locales te reciben con una calidez que pocos en el mundo pueden igualar. Desde las bóvedas centenarias hasta los jardines al aire libre, cada cerveza servida aquí cuenta una historia diferente. Algunos de los locales más destacados son la mítica Hofbräuhaus, que ha sobrevivido más de cinco siglos, o Paulaner Bräuhaus, donde la cerveza y la tradición van de la mano en su amplio jardín.
Respiro en la naturaleza: Cervezas en parques y jardines
¿Buscas huir del bullicio y la multitud? No hay problema. Los espacios verdes de Múnich ofrecen lugares ideales para disfrutar de un buen trago bajo el sol. La Englischer Garten, con sus amplios céspedes y paseos tranquilos, es un escenario perfecto para relajarse con una cerveza fría en mano mientras escuchas música en vivo los fines de semana. El Viktualienmarkt, además de su apasionante variedad de sabores y aromas, también invita a brindar en ambientes al aire libre. Y, por supuesto, el Palacio de Nymphenburg, que en su vasto jardín, con camareras vestidas con traje tradicional, ofrece una experiencia de cerveza que combina historia y naturaleza.
Innovación en cada sorbo: La escena de las cervezas artesanales
Para quienes anhelan una experiencia cervecera más exclusiva y vanguardista, la ciudad cuenta con un compacto pero vibrante movimiento de cervecerías artesanales. Estos pequeños productores ofrecen un abanico de estilos y sabores que van desde las negras intensas hasta las rubias refrescantes. Algunos lugares que sin duda merecen una visita son Camba Baviera Tap-House, con una enorme variedad de cervezas de barril y en botella, y Giesinger, que se enorgullece de sus cervezas no filtradas y sin pasteurizar, ideales para los paladares más atrevidos.
Festivales que hacen historia y que no puedes perderte
Más allá del mundialmente famoso Oktoberfest, que atrae a millones con su locura de litros y celebración, Múnich cuenta con una serie de festivales cerveceros a lo largo del año. El Frühlingsfest, por ejemplo, llena las calles de color y alegría en primavera, con carpas llenas de risas y música. Pero si hablamos de tradición, el Starkbierzeit, que tiene sus raíces en el siglo XVII, sigue siendo imprescindible. En esa época, monjes elaboraban una stout con mucha fuerza llamada Salvator, una cerveza que aún hoy encanta a los aficionados por su intenso carácter y historia ancestral.
Sea cual sea la temporada, el espíritu cervecero de Múnich invita a los visitantes a sumergirse en una cultura que combina sabor, historia y convivencia. En cada rincón, en cada vaso, continúa vibrando la esencia de una ciudad que no solo vive por la cerveza, sino que la celebra a cada sorbo y en cada festejo.
