Un Clásico Irlandés: La Stout que Conquista Corazones
Cuando hablamos de cervezas irlandesas, es imposible no mencionar la icónica Stout. Aunque muchos la asocian con la famosa Guinness, la historia de esta cerveza se remonta a su creador, Arthur Guinness, quien la elaboró en la cervecería de St. James’ Gate en Dublín. Tuve la suerte de visitar esta cervecería hace unos años y, déjame decirte, disfrutar de una Guinness recién servida en su sala de degustación es una experiencia que no se olvida fácilmente.
La Experiencia Irlandesa: Más Allá de la Guinness
Durante mi aventura por Irlanda, intenté explorar otras cervezas locales en varios pubs. Sin embargo, cada vez que pedía algo diferente, los meseros me respondían con un firme: “No, no, lo que realmente necesitas es una Guinness”. Así que, en lugar de probar algo nuevo, me servían otra Guinness. ¡Parece que los grifos de otras cervezas son más decorativos que funcionales!
Datos Curiosos Sobre la Stout
La versión de barril de Guinness se sitúa en un rango de alcohol bastante bajo, entre 3.5 y 4%. Según la guía BJCP, su gravedad original oscila entre 1.036 y 1.044, y su amargor se mide entre 25 y 45 IBUs. Su color negro profundo puede clasificarse en el rango de 25 a 40 SRM. ¿Y ese sabor característico? Proviene de la cebada tostada, que, curiosamente, no es malteada. Se trata de cebada cruda sometida a un intenso proceso de tostado. Además, la textura densa de la Stout irlandesa se logra gracias a la adición de cebada en copos.
Secretos de la Receta: Aventura Cervecera
Mi receta de Stout irlandesa se ha perfeccionado durante más de dos décadas, y la verdad es que es bastante accesible para los cerveceros caseros. La fuerte presencia de la cebada tostada es capaz de disimular muchos errores en el proceso de elaboración. Para aquellos que deseen profundizar en el diseño de recetas, hay excelentes recursos que pueden ser de gran ayuda.
Maltas y su Magia
Comienzo con malta pale del Reino Unido como base, aunque cualquier malta pálida podría funcionar. En esta receta, utilizo un 30% de maltas especiales y un 70% de malta base, rompiendo mi regla habitual de no exceder el 20%. Esto se debe a que la adición de cebada en copos eleva la densidad sin alterar demasiado el sabor.
El Poder de la Cebada en Copos
La cebada en copos que utilizo representa el 20% de la receta. Este ingrediente, que se asemeja a los copos de maíz, aporta proteínas y almidones no fermentables, creando esa sensación densa y cremosa que tanto apreciamos en una Stout. Sorprendentemente, esto permite que la cerveza tenga un cuerpo robusto sin un alto contenido de alcohol.
El Rol del Agua en la Elaboración
Tradicionalmente, se ha hablado mucho sobre la importancia del agua rica en bicarbonatos para las cervezas stout. Sin embargo, el agua de Dublín es relativamente suave, con un nivel moderado de calcio y bicarbonatos. En mis elaboraciones, he utilizado agua de base moderada sin añadir sales, y el resultado ha sido muy satisfactorio.
El Arte de la Amargura
Al hablar de lúpulo, es esencial encontrar un equilibrio entre la amargura y el color de la cerveza. Una cerveza oscura requiere un nivel de amargor superior para equilibrar los sabores de las maltas tostadas. Utilicé 44 IBUs de East Kent Goldings, que se sitúa en el extremo superior del rango para este estilo.
Fermentación y Carbonatación: Un Toque Final
Opto por la levadura Wyeast 1084 para esta receta, aunque hay varias alternativas disponibles. La fermentación es bastante sencilla y no requiere un proceso prolongado; generalmente, puedes disfrutar de tu Stout en un par de semanas. Si buscas autenticidad, puedes usar una mezcla de CO2 y nitrógeno al servir, como se hace con la Guinness de barril.
He elaborado esta receta en numerosas ocasiones, y cada vez resulta espectacular. Si te apasiona la cerveza tanto como a mí, ¡te animo a que te animes a probarla! La magia de la Stout irlandesa está esperando ser descubierta.