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Auge y declive de la cerveza artesanal
Hace poco más de una década, la cerveza artesanal comenzó a ganar terreno en España, impulsada por un creciente interés de los consumidores en sabores únicos y procesos de elaboración tradicionales. Atraídos por la promesa de autenticidad y exclusividad, los amantes de la cerveza vieron en las marcas artesanales una alternativa a las opciones industriales, percibidas como masivas y homogéneas.
El entusiasmo inicial llevó a muchos emprendedores a lanzarse a producir sus propias variedades, creando una industria artesanal con un crecimiento exponencial. Durante los primeros años de este boom, las cervezas artesanales lograron posicionarse en un 4% del mercado, una cifra nada desdeñable en un sector dominado por gigantes multinacionales. Sin embargo, ese auge empezó a desinflarse, y hoy el sector artesanal representa apenas un 1% de la cuota de mercado total en España.
Los gigantes se interesan por la cerveza artesanal
La respuesta de las grandes cerveceras al auge artesanal no se hizo esperar. A medida que el interés por los productos artesanales se consolidaba, empresas como Heineken y Molson Coors comenzaron a ver en este segmento una oportunidad para diversificar su oferta y captar a los consumidores que buscaban productos más auténticos. Este movimiento llevó a que multinacionales adquirieran varias marcas locales, incorporando las cervezas artesanales a su catálogo sin perder de vista sus intereses comerciales.
Heineken, por ejemplo, invirtió en la cervecera madrileña La Cibeles en 2018 y relanzó la marca El Águila, una cerveza que imitaba el estilo artesanal, con el objetivo de captar a aquellos consumidores que preferían productos con un carácter más tradicional. Molson Coors, por su parte, adquirió en 2017 la marca toledana La Sagra, posicionándose en el segmento artesanal sin dejar de ser una de las principales cerveceras industriales a nivel mundial.
La crisis del sector artesanal: razones y factores
El cierre de varias cerveceras artesanales, como Cervezas La Virgen, ha dejado en evidencia los problemas estructurales del sector artesanal en España. Si bien algunos de estos problemas pueden atribuirse a factores externos, como la crisis sanitaria y la inflación, la incursión de las grandes cerveceras en el mercado artesanal también ha tenido un impacto significativo en el declive del sector.
La pandemia de COVID-19 fue un duro golpe para las pequeñas cerveceras, que dependían en gran medida de las ventas en bares y restaurantes. Con la paralización de estos establecimientos durante largos períodos, la demanda de cerveza artesanal cayó drásticamente, poniendo en riesgo la viabilidad de muchas de estas empresas. Por otro lado, el aumento de los precios de las materias primas y la inflación general han disparado los costes de producción, dificultando aún más la supervivencia de las cerveceras artesanales.
La producción artesanal en cifras
La caída en el número de cervecerías
De acuerdo con el informe de Cerveceros de España, el número de establecimientos dedicados a la producción de cerveza artesanal ha disminuido en un 35% desde 2019. Aunque España es el segundo productor de cerveza en la Unión Europea, solo superado por Alemania, el segmento artesanal continúa atravesando dificultades.
En 2023, la producción de cerveza en España alcanzó los 41,5 millones de hectolitros, una cifra que refleja la gran demanda del mercado. Sin embargo, la contribución de las cervezas artesanales fue de apenas 0,17 millones de hectolitros, una cantidad similar a la registrada en 2022. Esto demuestra que, aunque el sector industrial sigue creciendo, el mercado artesanal ha llegado a un punto de estancamiento.
Comparación de producción entre las grandes cerveceras
La mayor parte de la producción en España está en manos de unos pocos grupos empresariales. Mahou-San Miguel encabeza la lista con una producción de 13,19 millones de hectolitros, seguido de Grupo Damm, que produjo 10,84 millones, y Heineken, con 10,21 millones de hectolitros. En comparación, el sector artesanal sigue siendo una pequeña fracción del total, lo que resalta la desventaja de los pequeños productores en un mercado tan competitivo.
El impacto en las pequeñas cerveceras
El descenso de la producción artesanal en 2023 ha afectado principalmente a las microcervecerías, aquellas que producen menos de 10.000 hectolitros al año. Estas empresas han visto reducido su volumen en un 0,7%. Por otro lado, las cervecerías artesanales de tamaño medio, con producciones entre 10.000 y 50.000 hectolitros, lograron mantener e incluso incrementar ligeramente su producción. Sin embargo, estos casos son excepcionales en un panorama que sigue siendo desfavorable para la mayoría de los pequeños productores.
La vulnerabilidad de las cervecerías artesanales frente a la crisis
La falta de poder financiero
A diferencia de las grandes cerveceras, las microcervecerías no cuentan con los recursos financieros necesarios para amortiguar el impacto de las subidas de precios. Enrique Porta, socio de KPMG España, explica que la escala limitada de las microcervecerías les impide implementar mejoras en eficiencia o renegociar contratos para reducir costes. Además, estas pequeñas empresas suelen tener dificultades para escalar su producción debido a las barreras de entrada en el mercado de distribución.
La competencia en precios con las cervezas industriales
Una de las mayores desventajas de las cervecerías artesanales frente a las grandes empresas es su incapacidad para competir en precios. Las cervezas artesanales tienden a ser más costosas de producir, lo que hace difícil ofrecerlas a precios accesibles. Las grandes cerveceras, en cambio, pueden producir en grandes volúmenes y reducir sus costos unitarios, permitiéndoles vender variedades artesanales o inspiradas en estilos artesanales a precios considerablemente más bajos. Esto hace que muchos consumidores opten por las opciones industriales, percibiéndolas como una buena relación entre calidad y precio.
Los desafíos en la distribución y el acceso al mercado
Exclusividad en bares y restaurantes
La distribución es uno de los mayores retos para las cervecerías artesanales. Daniel Fermun, director del Instituto de Cerveza Artesana, destaca que las grandes cerveceras tienen contratos de exclusividad con bares y restaurantes, lo que limita las oportunidades de las cervezas artesanales para llegar al consumidor. Estos contratos, que incluyen descuentos o incluso equipamiento gratuito para los locales, son un incentivo para los establecimientos, que optan por las marcas industriales en lugar de las artesanales.
Dificultades para acceder a supermercados y minoristas
Ana Isabel Jiménez Zarco, profesora de Economía en la Universitat Oberta de Catalunya (UOC), afirma que los canales de distribución están dominados por los grandes grupos cerveceros, lo que dificulta que las cervezas artesanales lleguen a supermercados y tiendas minoristas. La preferencia de los consumidores por marcas consolidadas y los acuerdos exclusivos limitan el acceso de las cervezas artesanales a los puntos de venta, dejando a los pequeños productores con pocas opciones para comercializar sus productos.
La ambigüedad de la normativa sobre la cerveza artesanal
La definición ambigua de la cerveza artesanal
Uno de los aspectos que más preocupa a los productores artesanales es la falta de una normativa clara que defina lo que realmente es una cerveza artesanal. El Real Decreto 678/2016, que regula la producción de cerveza en España, ha sido criticado por su ambigüedad, ya que permite a las grandes cerveceras utilizar el término “artesanal” en sus productos sin cumplir con los procesos tradicionales. Esto diluye la autenticidad del producto y crea confusión en los consumidores, quienes no pueden distinguir fácilmente entre una cerveza verdaderamente artesanal y una versión industrial que imita ese estilo.
La falta de protección para los pequeños productores
Según Daniel Fermun, esta falta de regulación ha permitido a los grandes productores aprovecharse de la etiqueta “artesanal”, afectando negativamente a los auténticos cerveceros artesanos. La normativa actual no protege a los pequeños productores, quienes ven cómo sus esfuerzos por mantener la autenticidad de sus productos se ven amenazados por la competencia de las cerveceras industriales.
La visión a futuro para el sector artesanal
Opciones para mantenerse en el mercado
A pesar de los múltiples desafíos, algunos productores artesanales han encontrado formas de sobrevivir y adaptarse a la realidad del mercado. La venta directa en locales de producción y la creación de experiencias en torno a la cerveza, como catas y visitas guiadas, son estrategias que permiten a los artesanos diferenciarse de las grandes cerveceras y conectar directamente con los consumidores.
La importancia de la cultura cervecera
El fortalecimiento de la cultura cervecera es otro factor que puede ayudar a las cervecerías artesanales a mantener su relevancia en el mercado. Organizaciones como el Instituto de Cerveza Artesana están trabajando para promover el valor de la cerveza artesanal y educar a los consumidores sobre la importancia de apoyar a los productores locales. Este tipo de iniciativas podrían ser clave para la supervivencia del sector en el futuro, permitiendo que las cervecerías artesanales sigan siendo una opción para aquellos que buscan productos auténticos y de calidad.
¿Hacia dónde va la cerveza artesanal en España?
A pesar de los muchos desafíos, la cerveza artesanal sigue siendo una opción para quienes buscan sabores únicos y la experiencia de un producto genuino. Aunque el camino por delante no es fácil, las pequeñas cervecerías artesanales aún tienen oportunidades para seguir creciendo y conectar con un público que valora la autenticidad. Con el apoyo de iniciativas para fomentar la cultura cervecera y una base de consumidores cada vez más informada, el sector artesanal en España podría encontrar su espacio y adaptarse a un mercado donde la calidad sigue siendo una prioridad.
Este momento de cambio representa tanto un reto como una oportunidad para los pequeños productores. La industria cervecera está en constante transformación, y quizás este período de transición permita que el sector artesanal se replantee su estrategia, diferenciándose aún más de las grandes cerveceras.