Nuestro colega cervecero Brad Smith, lo tiene claro: “perder no está tan mal”. O al menos eso asegura en su último e hilarante post. Y es que, con los años que lleva – y llevamos – produciendo cerveza artesana ha habido más derrotas que logros. Él se refiere a los certámenes, pero nosotros sabemos que a cualquier homebrewer le pueden resultar prácticos los consejos que se ha animado a compartir. A continuación te detallamos algunos de los pasos a seguir para elaborar la peor cerveza artesana posible.
1. Nunca desinfectes o esterilices tu equipo: la mala cerveza requiere bacterias, levaduras salvajes y otros “animalitos” para que se consigan esos sabores tan desagradables. Los belgas lo saben desde hace cientos de años… Así que haz como ellos cuando elaboran lambics: deja de lavar y desinfectar todo innecesariamente y deja que tu equipo se vuelva autÉnticamente salvaje. Ahorrarás tiempo y dinero. A nadie le gusta limpiar su equipo, así que simplemente reutiliza la suciedad podrida de tu último lote para estropear el siguiente.
2. Nunca uses un software de elaboración de cerveza o apuntes notas o guardes tus recetas: todo el mundo sabe que preparar una buena cerveza artesana es cuestión de suerte y nunca se puede repetir. ¿QuiÉn necesita un montón de notas? No midas nada, nunca guardes notas y nunca escribas tu receta, entonces nunca perderás la densidad objetivo. No utilices un software de elaboración de cerveza, que podría ayudarte a combinar un estilo en particular o conocer su color o sabor amargo por adelantado. Además, si haces accidentalmente un buena cerveza, no hay necesidad de entrar en pánico. Sin una receta o tÉcnica previamente documentada, tu próximo lote seguramente será completamente diferente.
3. Almacena tus ingredientes en un lugar cálido, húmedo y soleado: La cerveza mala requiere un poco de previsión y planificación no se puede esperar arrojar algo apestoso juntos en el fragor del momento. Prepárate primero guardando los ingredientes bajo el sol ardiente, o al menos en un agradable rincón húmedo de la bodega. Los lúpulos se degradan rápidamente bajo el calor y la luz solar, dejando un olor y sabor a skunk cálido en la cerveza. Las maltas tampoco se pueden ignorar: tritura los granos semanas antes para que se oxiden y se mantengan húmedos y calientes para asegurarse de que se echan a perder antes de la elaboración. Si tienes suerte, algunos mohos o hongos se afianzarán para tener un carácter adicional.
4. No hiervas: solo mezcla y fermenta. Los mejores cerveceros hierven todo su mosto durante al menos 90 minutos para mejorar la claridad, el sabor y la estabilidad de la cerveza. Pero la estabilidad y la claridad son enemigos mortales de la cerveza mala, así que es mejor tirar los ingredientes y mezclarlos por un minuto o dos. Además, si no hierves, ahorrarás tiempo y dinero: Simplemente echa la levadura con un poco de agua, malta y azúcar. Asegúrate de dejar el fermentador abierto durante un rato para que la cerveza pueda agriarse gracias a la levadura salvaje y las bacterias. No hay necesidad de dejar nada al azar.
5. Agrega un sobre de levadura del supermercado o ninguna: la cerveza mala comienza con ingredientes malos. No te limites solo a una malta y a un lúpulo rancios. No ahorras nada con levadura líquida de alta calidad. Además, nunca hagas un starter de levadura, puede dar una ventaja injusta a tu mosto y no permitirte que las bacterias y las levaduras salvajes se arraiguen. Si todavía estás produciendo una buena cerveza con levadura de baja calidad, ¡considera no usar levadura en absoluto! Hay muchas levaduras salvajes flotando en el aire, libres y garantizadas para hacer cerveza malísima. Como mencionado anteriormente, los belgas han estado haciendo esto durante siglos.
6. Deja fermentar en un lugar caluroso: la levadura prefiere temperaturas de fermentación más frías, por lo general más o menos 20ºC para Ales y por debajo de 12ºC para las Lager. Si fermentan a temperaturas más altas, pueden crear sabores indeseables de todo tipo, ¡entonces aumenta la temperatura y a disfrutar!
7. Agrega azúcar, ¡mucha cantidad!: Muchos de nosotros tenemos buenos recuerdos de nuestro primer kit de elaboración casera de 1,5 Kg de malta preparada y las instrucciones para agregar 1,3 kg de azúcar blanco o dextrosa. El resultado fue una cerveza que sabía a alcohol y sidra agria. Puedes obtener ese conocido sabor a indescriptible una vez más y ahorrar dinero en malta añadiendo azúcar de mesa a tu próxima infusión.
8. Botella y edad inadecuada: Embotella tu cerveza dejando caer un poco de azúcar, te dará una carbonatación aleatoria genial. Alternativamente, puedes mezclar un volumen de azúcar al azar, aunque esto a veces explota y puede arruinar más de una cocina o tu salud. Asegúrate de no medir nunca el azúcar por peso o añadirlo de forma esteril hirviendolo previamente por separado, esto podrá darle un nivel de carbonatación constante (cosa que no queremos). Una vez que la cerveza se haya embotellado, guárdala en un lugar muy caluroso y soleado, idealmente en botellas transparentes ya que la luz solar y el calor rápidamente añadirán esos sabores que tanto nos gustan…. y romperán su tan sobrevalorada estabilidad.
9. Nunca compres en tiendas online especializadas y conocidas: Fíate de cualquier kit, todos acaban haciendo cerveza. No te olvides tampoco de los banners de ofertas chinas. Recuerda tambiÉn que siempre puedes reutilizar los restos de cereales del desayuno, pan o cualquier cosa que pueda recordarte a la malta. Así mismo cualquier planta de tu jardín convalidará con el lúpulo. Si aun te faltara algo más, baja al super y añade cualquier cosa que te gustaría ver en tu cerveza, da igual si es comestible o no.
10. Nunca escuches consejos: los consejos de elaboración de la cerveza valen justo lo que pagaste por ellos, nada. En el caso de los libros, vale incluso menos de lo que pagaste. ¿Realmente crees que los expertos en cervezas regalan sus secretos de forma gratuita? ¿Crees que alguien que realmente sabe cómo elaborar lo pondría en un libro para que cualquiera lo pudiera leer? No, los secretos del oficio son solo eso, ¡secretos! ¡Olvídate de nuestros artículos! Todo lo que lees en un libro, en un foro de discusión o especialmente en un blog como el nuestro es obviamente parte de una gran conspiración de derechas (o de izquierdas según sus inclinaciones políticas) para hacerte preparar cerveza mala.
Finalmente si estos consejos no te sirven para nada, te recomendamos que te escondas en un refugio antiaÉreo y desarrolles tus propias recetas secretas hasta que llegue el invierno nuclear.
¡Me olvidaba! Contamos con vosotros para añadir algun que otro consejo en comentarios, para que así entre todos podamos elaborar la cerveza más nefasta y venenosa posible!