Hace una década, Jin Xin apostó por algo que parecía arriesgado: traer cervezas de importación superior para un mercado en auge en Pekín. El pronóstico de su gerente era claro, esto iba a llevar tiempo. Sin embargo, con paciencia y un toque de pasión, su negocio despegó más rápido de lo que esperaba, conquistando a una clientela joven y ansiosa por probar sabores diferentes.
De tiendas exclusivas a centros de tendencia juvenil
El bar NBeerPub, uno de los proyectos de Jin en ese momento, se ha convertido en un rincón imprescindible en la vibrante zona de la antigua Pekín. Hoy en día, las mesas rebosan de jóvenes que, en vez del típico refresco, optan por cervezas artesanales como Delirium Tremens, Lindemans Framboise y Brewdog Punk IPA. La curiosidad por explorar nuevos sabores ha hecho que incluso se ofrezca una exclusiva botella de Snake Venom de Brewmeister, una de las cervezas más fuertes del mundo, con un precio que supera los 420 dólares.
El giro en el paladar de la nueva generación china
Jin, en su departamento lleno de estantes que albergan más de 6,000 botellas de cervezas de más de 60 países, comenta que los gustos de los consumidores chinos están en plena transformación. “Cada vez más, los jóvenes tienen un poco más de dinero en sus bolsillos y buscan algo que no solo sea bueno al paladar, sino que también represente un estilo de vida moderno y sofisticado”. La tendencia se inclina hacia la preferencia por las cervezas artesanales locales y las importadas, dejando atrás la tradicional cerveza enlatada de producción masiva.
El escenario dinámico del mercado cervecero en China
Desde los años 90, gigantes como Anheuser-Busch InBev y SABMiller apostaron por el mercado chino, entrando de la mano con microcervecerías y estableciendo alianzas que facilitaban la entrada de productos artesanales y premium. La competencia no solo propició una variedad enriquecida, sino también una competencia feroz por captar la atención del consumidor chino, cada vez más exigente y dispuesto a pagar por calidad. Se espera que, ante eventuales fusiones, estas megaempresas redefinan sus portfolios en China, ajustando su estrategia y enfocándose en lo que realmente funciona en un mercado en constante cambio.
Microcervecerías y la explosión de la innovación local
Pekín se ha convertido en un hervidero de microcervecerías que buscan ofrecer algo diferente. Algunos inmigrantes estadounidenses y canadienses han establecido taprooms donde, con un toque de inspiración americana, ofrecen cervezas artesanales que combinan tradición y modernidad. La escena se enriquece con una cultura cervecera en constante crecimiento, que no solo apela a los turistas sino también a los locales que quieren algo más que la cerveza estándar.
Influencias lejanas y el gusto refinado
Una figura como Ji Chen, banquero de profesión, descubrió en Bélgica la pasión por las cervezas de calidad. Al regresar a China, convirtió su afición en un estilo de vida, explorando las distintas variedades importadas y socializando en bares especializados. Para él, eligenjar en cervezas artesanales no se trata solo de beber, sino de disfrutar un momento, una experiencia que combina cultura, paladar y una exclusiva sensación de exclusividad.
En tiendas como Cielo, donde el ambiente recuerda a los backpackers, se puede ver a jóvenes que prefieren gastar más en unas cervezas premium, apreciando la calidad que en las cervezas comunes apenas alcanzan a ofrecer. La tendencia de virar hacia productos más exclusivos y sofisticados refleja un cambio profundo en la percepción de la cerveza en China, que cada vez más ve en ella un símbolo de estilo y buena vida.
Lo que se vislumbra en el horizonte es una escena cervecera en plena ebullición, con un sector que no solo resiste, sino que desafía las convenciones y se atreve a innovar. La cultura de la cerveza en Pekín y en otras grandes ciudades chinas está en pleno proceso de evolucionar, fusionando tradición y modernidad en cada sorbo, asegurando que las próximas generaciones tengan tanto entusiasmo y pasión como las actuales.
