Cada día son más los descubrimientos arqueológicos que demuestran el consumo de la cerveza a lo largo de la historia y de la Antigüedad.
En Cerveza Artesana os hemos hablado de varios casos: como el descubrimiento, en 1999, de los restos de fermentación de cerveza más antiguos de Europa encontrados en la cueva de Can Sadurní, en Begues; un municipio de la comarca del Baix Llobregat, en Cataluña, con unos 6300 años de antigüedad. O el hallazgo de vasijas de cerveza en Tel Aviv, que datan entre el 3500-3000 a.C.; que prueban el consumo cotidiano de este fermentable.
Recientemente ha salido a la luz una nueva noticia sobre arqueología cervecera. Unos estudiantes de Stanford han recreado la receta de una cerveza china de hace 5.000 años.
La responsable de esta actividad ha sido la arqueóloga y profesora de Stanford, Li Liu, quiÉn ha encontrado evidencias sobre los primeros elaboradores de cerveza en la tradición china.
Los alumnos se reunieron en el Stanford Archaeology Center para catar esta reconstrucción de una receta de más de 5000 años de Antigüedad; elaborada usando las tÉcnicas ancestrales de las primeras civilizaciones humanas.
Según la profesora Li Liu, “la arqueología no es solo leer libros y analizar objetos; intentar imitar las conductas ancestrales y crear a partir de los mÉtodos de la antigüedad, ayuda a los estudiantes a ponerse realmente en la piel el pasado y entender porquÉ la gente hacía lo que hacía”.
La antigua receta
Liu, junto al estudiante de doctorado Jiajing Wang y un grupo de expertos en la materia, descubrieron esta receta milenaria tras analizar las paredes internas de los residuos de vasijas encontradas en una excavación al noreste de China.
El estudio, publicado bajo el nombre “Proceedings of the National Academy of Sciences”, detalla la primera evidencia de la primera producción cervecera en China. La cultura ancestral china elaboraba cerveza a partir, principalmente, de granos de cereales; incluyendo ingredientes como el mijo, la cebada o las lágrimas del job (un tipo de hierba en Asia tambiÉn llamada lágrimas de San Pedro).
Uno de los aspectos que Liu destacó fue el encontrar cebada entre los ingredientes, puesto que las primeras semillas encontradas en China, están datadas de hace 4000 años. Por lo tanto, cabe suponer que este cereal se expandió por el país asiático mucho antes de lo que se pensaba.
La antíguo cerveza china recuerda en aspecto al porridge (gachas de avena), y probablemente era mucho más dulce y afrutada que las cervezas de hoy en día (al no contener lúpulo, por ejemplo). La cerveza, además, no se filtraba; dejando los ingredientes de la fermentación dentro de la bebida. Por lo tanto, el uso de la pajita para beber era algo común ya en aquella Época.
La elaboración de la receta ancestral
La clase empezó dividiÉndose en grupos con lo que elaborar una cerveza utilizando alguno de los ingredientes de la receta a reconstruir: ya fueran semillas de trigo, cebada o mijo.
Seguidamente, los alumnos se dispponieron a maltear los cereales, dejando que Éstos brotaran en agua. Una vez salido el primer brote, se detiene el proceso para aplastar las semillas y colocarlas de nuevo en agua en un recipiente a 65 grados Celsius durante una hora. Acabado el proceso de maceración, los estudiantes colocaron el resultado en recipientes cerrados y los dejaron reposar durante una semana para la fermentación.
Durante el curso, se pudo realizar otros experimentos de elaboración cervecera. Como la utilización de la mandioca, una raíz vegetal utilizada principalmente en las culturas de AmÉrica del Sur para crear fermentados como la “Chicha”, en la que se mastica y escupe la planta antes de hervirla.
Conociendo mejor a nuestros antepasados
Uno de los asuntos aún por esclarecer en la historia de la humanidad es el paso de la cultura nómada a la sedentaria. La transición de la caza a la agricultura.
La historia de los fermentados y su evolución es un excelente indicador para entender el comportamiento de la humanidad. Si bien es cierto que los restos encontrados en una vasija antigua no son suficiente para reconstruir una tÉcnica milenaria de elaboración de cerveza; la arqueología experimental permite ponerse manos a la obra e intentar reproducir los descubrimientos hallados.