Un Rayo de Cerveza en la Fiebre del Oro
En 1849, mientras la locura por el oro en California alcanzaba su cenit, un cervecero alemán desembarcó en San Francisco. Su nombre era Gottlieb Brekle, quien, con su familia en mano, se plantó en tierras doradas con un sueño: crear buenas cervezas. En 1871, aprovechando una oferta irresistible, compró un bar de billar en Pacific Street por solo $3,500 y lo transformó en lo que hoy conocemos como Anchor Brewing.
Los Primeros Sorbos de Anchor Brewing
Durante varias décadas, la cervecería de Gottlieb sirvió cervezas a los bares del barrio. Fue en 1896 que la historia tomó un nuevo giro, cuando vendió su sueño a dos compatriotas, Ernst Baruth y Otto Schinkel Jr., quienes renombraron la empresa como Anchor Brewing Company. Se rumorea que el nombre podría hacer referencia al bullicioso puerto que abrazaba a San Francisco.
La Singularidad de la Anchor Steam
Ese mismo año, lanzaron al público su primera y única cerveza de barril: la Anchor Steam. Este estilo peculiar, conocido como ‘Steam Beer’ (Cerveza al Vapor), surgió por la falta de refrigeración en aquellos días, produciéndose mediante una levadura lager que fermentaba a temperaturas ambiente. Un detalle curioso es que el nombre podría derivar de la nube de vapor que se formaba en el techo de la cervecería debido al enfriamiento del mosto al aire libre.
Los Altibajos de la Cervecería a lo Largo del Siglo XX
El siglo pasado trajo consigo tanto retos como logros para Anchor. A comienzos del siglo XX, el fatídico terremoto de San Francisco hizo temblar los cimientos de la cervecería y la tragedia siguió con la muerte de sus dueños. Sin embargo, la resiliencia de un nuevo equipo de cerveceros mostró que las mejores cervezas a menudo nacen de las adversidades.
Cruzando la Prohibición
La Prohibición supuso un paréntesis oscuro en la historia de Anchor. No obstante, en 1933, cuando la cerveza fue legalizada nuevamente, la cervecería renació ubicada en el barrio de 13th Street y Harrison, solo para enfrentarse a otro desastre: un incendio que destruyó las instalaciones. A pesar de estos reveses, la tenacidad de sus propietarios fue clave para su continuidad.
Fritz Maytag: El Salvador de Anchor
Un joven de Stanford, Fritz Maytag, se convirtió en el héroe inesperado de esta saga. En el momento en que la cervecería estaba a punto de cerrar, Fritz decidió tomar las riendas, comprando el 51% de la compañía y de inmediato se propuso cambiar la percepción de Anchor. Con un enfoque en producir menos pero con mayor calidad, comenzó a reformar todo, desde los ingredientes hasta las técnicas de elaboración.
Innovación y Reconocimiento
Maytag, con su mantra ‘Make better, not more’, cambió para siempre la dirección de Anchor. La cervecería pasó de ser un nombre olvidado a convertirse en un símbolo de calidad, recibiendo la etiqueta de la ‘Rolls Royce’ de las cervezas americanas. En 1975, por fin, Anchor Porter y otros clásicos comenzaron a salir de las líneas de producción y a conquistar corazones, primero en San Francisco, luego más allá.
El Legado de Anchor y sus Nuevas Etapas
La historia de Anchor Brewing no termina aquí. En 2010, después de más de cuatro décadas de innovaciones y exitosas ventas, Fritz decidió pasar la antorcha. Y así, Anchor cambió de manos de nuevo, esta vez bajo la dirección del grupo Griffin y más tarde, en 2017, la cervecería encontró un nuevo hogar dentro del conglomerado japonés Sapporo.
La Conexión Especial con San Francisco
A pesar de todos los cambios, Anchor sigue siendo sinónimo de calidad y tradición en el mundo cervecero. Su espíritu de innovación, combinado con un profundo respeto por sus raíces, asegura que, sin importar quién esté al mando, las cervezas continúen fluyendo por las calles de San Francisco y más allá, manteniendo vivo el legado de Gottlieb Brekle y de todos los que han hecho posible esta historia.
