Una innovación que trae historias y sabores en cada sorbo
En un mundo donde las bebidas artesanales buscan sorprender, surge una creación que combina generaciones de tradición con un toque moderno y atrevido. La colaboración entre una de las cervecerías más respetadas de la escena trapense y una reconocida cervecera contemporánea ha dado como resultado una joya líquida que no solo deleita, sino que también cuenta historias de origen y compromiso.
El arte de fusionar lo ancestral con lo innovador
El producto en cuestión es una cerveza estilo Quadrupel con un carácter robusto, 10% de alcohol y una misión clara: homenajear la tradición cervecera mientras incorpora ingredientes y técnicas de vanguardia. Elaborada inicialmente en un monasterio de tradición trapense en Holanda durante el otoño de 2020, su receta fue perfeccionada en los laboratorios de una cervecería escocesa antes de su debut. La idea era crear una experiencia sensorial que conjuga frutos secos, miel de brezo y un equilibrio sutil de lúpulos estadounidenses que aportan un amargor delicado y elegante.
Un perfil sensorial que conquista el paladar y la memoria
En la copa, esta cerveza despliega un tono profundo de ámbar rubí, coronado por una espuma persistente y de burbujas finas. Al acercarse, sus aromas ofrecen un festín de caramelización, notas a pasteles y frutos secos, complementadas por la presencia floral y amaderada de la miel de brezo escocesa, que se intensifica tras el servicio. En el sabor, la dulzura se equilibra perfectamente con la amargura sutil aportada por los lúpulos, creando un escenario complejo y armonioso, donde los matices de frutos negros y caramelo se lucen en cada trago.
Un compromiso profundo con la tradición y la solidaridad
Más allá de su perfil exquisito, esta cerveza simboliza un acto de respeto a la filosofía cisterciense y a la filosofía de la responsabilidad social. Parte de sus beneficios se destinan a causas benéficas, reflejando la esencia de la expresión ‘Ora et Labora’ que guía a la comunidad monástica. Desde su fundación en la década de 1880 en BerkelEnschot, La Trappe anticipó que su labor cervecera sería una fuente de ingresos para sostener su vida comunitaria y espiritual, y esta colaboración continúa con ese espíritu de dar y crecer.
El arte de degustar y guardar con paciencia
Con una presentación que invita a la espera, esta edición limitada llega en botellas que prometen envejecer con gracia. La recomendación para disfrutarla al máximo es servirla entre 10 y 13°C en copas elegantes como el caliz, el snifter o la tulipa. La fecha de consumo preferente está establecida para diciembre de 2023, pero su carácter y calidad permiten que evolucione si se conserva con cuidado y pasión.
Este tipo de colaboraciones nos recuerdan que la cerveza puede ser mucho más que una simple bebida: puede ser un puente entre culturas, una forma de honrar tradiciones ancestrales y una vía para apoyar causas nobles. La próxima vez que levantes un vaso, piensa en las historias, las manos y las ideas que se unen en cada gota. La verdadera fuerza de una buena cerveza está en su capacidad de unir, inspirar y transformar.