El rey olvidado de las apps cerveceras
Puede que el nombre de Steve Sheraton no resuene en tu mente como una balada pegajosa, pero hubo un momento dulce de la historia digital en el que este hombre reinaba en el reino de las aplicaciones de iPhone. Todo comenzó en ese verano de 2008, cuando la App Store era un flamante escaparate de posibilidades. Sheraton, con su atrevida creación, iBeer, encendió la chispa entre una multitud de aplicaciones que estaban al acecho.
Historias de éxito y espuma
¿Sabías que iBeer no solo burbujeaba en popularidad, sino que también burbujeaba en las cuentas bancarias de Sheraton? Esta aplicación, que simulaba la experiencia de beber cerveza desde un iPhone (nada menos), generó unos impresionantes 20,000 dólares diarios. La propuesta era simple, casi como un truco de bar: agitar el teléfono y voilà, cervezas virtuales en la pantalla. Y todo esto, mientras Sheraton lidiaba con un tema serio: su propia relación con el alcohol.
De cafés a cervezas: Un giro inesperado
La saga mágica de Steve no comenzó con la cerveza, sino con un intento frustrado de convertir pantallas de Palm Pilot en tazas de café. Aunque fracasó en su primera batalla tecnológica, cuando se cruzó con el iPhone, vio la luz. Con el impulso del revolucionario acelerómetro, Sheraton tuvo la idea brillante: ¿por qué no invitar a los usuarios a sacudir su iPhone para hacer que la cerveza virtual se moviera?
Un poco de magia en la vida cotidiana
Convencido de que la cerveza era el siguiente paso lógico, Sheraton hizo un movimiento astuto. Se grabó a sí mismo disfrutando de su invento y lo lanzó a YouTube, donde el video se volvió viral. Los usuarios no pudieron resistirse a la tentación de tener un trozo de diversión digital. Así, lo que comenzó como un simple archivo de video por $2.99 se transformó en un fenómeno masivo.
Cuidado con el lado oscuro del triunfo
Sin embargo, con la fama vino una ola de retos personales. Steve reconoció que el éxito excesivo, combinado con su complicado historial personal, fue como una receta para el desastre. No obstante, 2010 llegó, y al igual que una buena broma, iBeer dejó de ser el centro de atención. Las nuevas y relucientes apps comenzaron a reclamar el trono del entretenimiento móvil.
La nueva vida de un mago en España
Y aquí estamos hoy, Steve Sheraton reside en una apacible granja de España. Con 52 años, lejos del bullicio de la fama y el estrés de la vida digital. Se dedica a diseñar aplicaciones para magos, un giro intrigante en su carrera que lo mantiene alejado de las presiones del mundo tecnológico. Como él mismo bromea, en su viaje de iBeer a su nueva vida, se ha topado con el eructo más famoso de la historia de las apps.