Desde sus orígenes en los años 80, hay una comunidad apasionada que busca no solo crear, sino también entender y perfeccionar la forma en que celebramos la cerveza y otros brebajes artesanales. Esa misión, que combina tradición y ciencia, está impregnada en una organización que ha sabido adaptarse y enaltecer el arte de degustar y clasificar estas bebidas en constante evolución.
¿Qué hay debajo de la superficie de un buen juez de cerveza?
Detrás de cada competencia y cata profesional, hay un proceso de formación meticuloso que va más allá de simplemente beber. La idea es convertir a aficionados y expertos en verdaderos censores capacitados para distinguir matices, aromas y perfiles de ingredientes con una precisión casi científica.
Muchas capas en la elaboración del paladar experto
Para entender por qué una cerveza Alberta tiene ese aroma peculiar o qué causa esas notas frutales en la sidra, los futuros jueces atraviesan un camino que incluye aprender a identificar cada componente. La capacitación abarca desde técnicas de elaboración hasta la identificación de defectos que podrían arruinar una buena producción.
Entre las habilidades clave se encuentra la degustación estructurada, donde los candidatos aprenden a poner en orden sus impresiones —una tarea que requiere práctica constante y un oído atento para las sutilezas.
Guías de estilos: la Biblia del juez moderno
Un aspecto fundamental de este viaje de perfección son las guías de estilos, que actúan como mapas para reconocer y catalogar cada variedad, desde las más tradicionales hasta las más innovadoras. La versión más reciente, publicada en 2015, es un recurso clave para quienes desean sumergirse en este mundo con base sólida y actualizada.
Además, esta guía no solo está en inglés; desde hace unos años, existe una versión traducida al español, que fue fruto del trabajo colaborativo de expertos en distintas regiones de Latinoamérica, ampliando el alcance y la accesibilidad del conocimiento.
Una colaboración que rompe barreras lingüísticas
Este esfuerzo incluyó revisiones minuciosas y una comunidad de jueces de Chile, Perú y Colombia que revisaron y perfeccionaron la traducción, asegurándose de reflejar la esencia original y de adaptarse a las particularidades de los estilos regionales. También, por primera vez, los nombres de los estilos se presentan en español, facilitando aún más la comprensión y el aprendizaje.
Para quienes desean indagar más, la versión completa en español está disponible para descarga, brindando una herramienta de consulta clave para aficionados y profesionales.
Más allá de la cerveza: los secretos de la sidra y el hidromiel
El mismo entusiasmo por la precisión y la clasificación se extendió a otros brebajes craft, como la sidra y el hidromiel. Los documentos de estilo, traducidos y adaptados en la misma línea que la cerveza, permiten a los productores y jueces explorar en profundidad las particularidades de estas bebidas fermentadas, con la misma rigurosidad y pasión.
Herramientas para evaluar con precisión
Además, en 2017, los encargados de los concursos actualizaron las hojas de evaluación, optimizando el proceso para que los jueces puedan realizar su trabajo de forma más rápida y efectiva, sin perder precisión. Estas hojas facilitan que los detalles, como la intensidad aromática o la presencia de defectos, sean registrados de manera sistemática, permitiendo una comparación justa y coherente en cada competencia.
El objetivo es que la evaluación no solo sea técnica, sino que también conserve la esencia de cada cerveza, sidra o hidromiel que llegue a la mesa de los jueces.
Mirando hacia el futuro: la evolución del arte de la degustación
A medida que la cultura craft continúa creciendo, también lo hace la necesidad de contar con profesionales bien formados y entusiastas que puedan transmitir su pasión y conocimiento. La comunidad de jueces y expertos en estos estilos evoluciona con cada revisión de guías, cada nuevo curso y cada evento, ayudando a que la apreciación de estas bebidas se convierta en un auténtico arte.
Más allá de ser una simple evaluación sensorial, la labor del juez experto figura como un puente entre productores, consumidores y expertos, promoviendo un mercado más informado y apasionado. La clave está en seguir aprendiendo, experimentando y compartiendo ese amor por la buena cerveza, sidra e hidromiel que trasciende fronteras y generaciones.