Un grupo de tres amigos hace cuatro años empezó a elaborar cervezas en una casa antigua. Al lado había una mina abandonada, un lugar ideal para fermentar y madurar cerveza. De aquí sale la cerveza artesana Minera. La última mina cerró en el año 1968, pero estos emprendedores van a hacer perdurar en la memoria colectiva el pasado minero de una comarca que actualmente tambiÉn sufre la crisis que azota el país. Ya tienen dos cervezas en el mercado y están trabajando en el diseño de una “cerveza erótica”. Hablamos de todo ello con uno de los dos socios de Minera, Jordi MarcÉ, que mañana realizará la presentación de sus cervezas en The Drunk Monk a las 20:00.
-Ah, tiene usted una fábrica. Hábleme de sus medidas.
-Estamos en una nave de 240 metros cuadrados. El obrador es de unos 45 y el resto lo dedicamos a maduración. La máquina que utilizamos es una Slow Beer de 250 litros y contamos con dos maduradores de 500. Producimos unos 40.000 litros al año. De momento estamos buscando más clientela. Tenemos una capacidad de producción de hasta 50.000 litros, pero hay que cuadrala con la capacidad de venta que, de momento, está por debajo de ese número.
Anglada y Marcè junto a sus maduradores
-¿De pequeños fuisteis homebrewers?
Hace unos cuatro años, Txema, yo y un amigo pasábamos el rato probando de hacer cerveza. Habíamos investigado mucho la cerveza de trigo. Supongo que como todos, con nuestros kits de plástico, en una casa antigua. Poco a poco fuimos definiendo las dos cervezas que tenemos en el mercado.
– ¿Cómo fueron las Primeras producciones?
-Supongo que como todos. Recuerdo una que sirvió para ir a regar un cerezo que hay cerca de la casa. La primera fue un fracaso absoluto. La etiquetamos como fracaso. La dejamos madurar, pero no mejoró. TambiÉn intentamos añadir hierbas como el tomillo, pero tampoco funcionó. No teníamos claro el tema de cantidades a la hora de añadir especias o hierbas y acababan por ser cervezas de esa especia o hierba con un poco de gusto a cerveza. No hay demasiada documentación sobre el tema y lo hacías un poco por intuición. No sÉ por quÉ pero siempre nos acabábamos pasando. Fuimos mejorando y acabamos perfilando las dos cervezas que tenemos en el mercado. De momento el tema de hacer cervezas con hierbas y especias lo tenemos aparcado. Ya hay gente haciendo buenas cervezas con hierbas.
Malta, trigo y lúpulo
-¿QuiÉn, cuándo, cómo y por quÉ empezó vuestra fábrica?
-En la casa antigua elaborábamos y el periodo de fermentación lo realizábamos en una mina de carbón que estaba justo al lado de esa casa. La mina te ofrece una temperatura constante todo el año con una variación de uno o dos grados y una media de entre 11 y 13 grados. Recuperábamos la cerveza el día del envasado y entonces poníamos la cerveza a madurar otra vez en la mina. El acceso no era muy bueno pero no dependíamos de energía elÉctrica. Por eso nos dijimos que si algún día nos dedicábamos al tema profesionalmente, la marca sería Minera. Ese paso lo dimos cuando yo me quedÉ en el paro. Me dedicaba al mundo de la construcción y mi socio tambiÉn trabajaba en el ese mundillo. Al ver que no encontraba trabajo, aceleramos el proceso. Sabíamos que en nuestro entorno había una buena aceptación de nuestra cerveza y cuales eran los tipos que dominábamos. Entonces montamos la empresa.
-A la hora de montar una micro, ¿Es verdad que cuesta más evitar los obstáculos burocráticos que hacer cerveza?
Sin duda. Para decirte que ya tengo cerveza en el mercado y todavía me estoy peleando con la administración. No solo pasa para montar una micro sino que tambiÉn hay impedimentos para montar una empresa normal. A cualquier empresa le piden muchos papeles. En el caso de la cerveza, estamos en el mundo de la sanidad y tienes que ir con mucho tiento. Estamos en la Época en que hay impuestos para todo. Al ser generadores de alcohol tienes que pagar unos impuestos que están al mismo nivel que la gasolina y la nicotina. El proceso es muy complicado. Además, estamos en medio de la naturaleza y nos controlan mucho los subproductos que salen de nuestra fábrica. Ahora ya lo tenemos bastante superado. Vamos entregando algún papel pero sí, casi te diría que nos cuesta más esto que no hacer cerveza.
Las Hefeweizen y la Porter de Minera
-¿Por quÉ habÉis empezado con Porter y Hefeweizen y no con una IPA, por ejemplo? No os veo muy hophead que digamos.
-Creo que hay dos razones principales. Tradicionalmente las cervezas de trigo siempre nos han gustado. Son las cervezas que nos llegaban más fácilmente a esta zona y las hemos tenido siempre por aquí. Las Ayinger, por ejemplo, son cervezas muy bien tratadas, pequeñas ediciones de miel, de sustancias que le dan un aroma característico…Por otra parte, con el kit siempre utilizábamos el lúpulo en flor porquÉ haces los cálculos y despuÉs no se parece en nada a lo que habíamos calculado. Decías, ahora lo cargarÉ para que tenga 35 ibus, pero acababas en 25. Entre una cosa y la otra nos fuímos más a cervezas menos lupulizadas. La otra razón es que queríamos hacer una cerveza bastante ligada al territorio. Somos 27.000 personas en toda la comarca del RipollÉs y esto quiere decir que si quieres hacer un producto bastante radical puedes discriminar mucho al público y puede haber bastante gente de esta población que no sean consumidores tuyos. Queríamos hacer un producto que fuese muy bebible para empezar a hacer pedagogía de la cerveza artesana entre la gente que no esta familiarizada con ella. Como dice Nereo Garbín: “Primero tienes que conquistar tu territorio”. Ahora sí que estamos investigando cosas donde el lúpulo tenga mucho más protagonismo.
-¿ConocÉis el mundo cervecero internacional y vais probando cervezas de otras partes? Comparadlo con el de aquí.
-A nivel internacional parece que lo que se lleva es Pale, Ipa i Imperial Stout. En el fondo supongo que nosotros intentamos o queremos ser como ellos, pero somos unos productores un poco raros porquÉ no seguimos estas líneas. No sabría decirte.
-¿A quÉ marca de cerveza artesana reverencias?
-No soy demasiado partidario de reverenciar nada. Hay muchas. Mitificar, personalmente, no mitifico ni reverencio ninguna. Pero sí que hay cervezas que hace un año que no bebes y te gusta volver a encontrarla al sentarte a la barra de un bar. Las belgas, las americanas, alguna cosa de Dinamarca…siempre estoy dispuesto a probarlas, pero, para mí, reverenciar es una palabra demasiado gruesa.
-¿QuÉ proyectos cerveceros tenÉis en mente además de repetir vuestra pumpkin en otoño?
-Sí, volveremos a producirla. Ahora tenemos dos líneas de cerveza que no son de temporada: la Hefeweizen y la Porter. En nuestro pueblo, Sant Joan de les Abadesses, se realiza la feria de la calabaza, que mueve a mucha gente. Hay productos especializados y algún concurso con calabazas gigantes, como los americanos. Queríamos participar en el concurso de productos de calidad. Nos planteamos cómo hacerla porquÉ las americanas no tienen mucho gusto de calabaza pero están muy especiadas: puedes encontrar desde jengibre a pimientos de Jamaica…Todas van en esta línea. Quizás al final se hacen un poco pesadas. Queríamos que nuestra cerveza tuviese gusto y aroma a calabaza. En 2013 tuvimos algún pequeño problema pero lo solucionamos, creo, bastante bien. Este año volveremos a sacar una versión. Para este verano queremos hacer una cerveza de verano. Ahora estamos trabajando en una cerveza erótica.
Minera va a sacar al mercado la primera cerveza erótica del país
-¿Cómo se hace una cerveza erótica?
-No nos engañemos: se hace sugestionando mucho al personal y con mucha imaginación. Nos planteamos hacer una colaboración con la editorial digital del pueblo en la segunda edición de su concurso de relatos eróticos. Queríamos hacer algo relacionado con la literatura. Solo hemos fabricado 250 litros y la vamos a presentar el día de la entrega de premios del concurso. Es una cerveza en la que la base es una English Pale Ale. Hemos jugado con maltas rojizas tipo Red X y al final lo hemos aromatizado con canela y vainilla. Es un intento de ir haciendo cosas diferentes. TambiÉn hacemos colaboraciones con actividades muy cercanas a nosotros. Aquí hay mucho trekking, competiciones de mounatin bike, running…en todas estas competiciones intentamos que en el podio siempre haya una minera para los ganadores. Queremos que nos vayan conociendo poco a poco. Estamos intentando “apoderarnos” del RipollÉs a ver si lo conseguimos.
Minera patrocina diversas competiciones. Ésta debió ser interesante…
-¿Se os puede visitar en Sant Joan de les Abadesses?
Sí, claro. A travÉs de nuestra página web www.minera.cat y hay dos cosas paralelas: una visita al obrador a horas convenidas donde os explicamos como se hace cerveza y tambiÉn ofrecemos una visita guiada por las antiguas minas de carbón de la zona, incluyendo la mina donde hacíamos la fermentación y la maduración. Ya no existen los mecanismos que utilizaban para sacar el carbón, pero con un buen guía se puede entender perfectamente el proceso. La duración es de un par de horas y al final se puede hacer una comida minera en el restaurante del pueblo, con cerveza Minera, por descontado.
-¿A dónde querÉis llegar?
Querríamos llegar a hacer un producto digno y a tomar un poco de cuota de mercado de aquí, del RipollÉs. Que la gente acepte nuestro producto. Así como están las cosas de mal por la crisis y la competencia existente en este mundo, nos conformamos de momento con ir subsistiendo.
-¿Te refieres a la competencia de las industriales?
-No, el suyo es un producto muy diferente: pasteurizado y microfiltrado. No, nos referimos a la cerveza artesana en si: somos muchos productores, hemos salido todos de golpe y poco a poco vamos a tener que asentarnos en el mercado. Unos han optado por un producto más lupulizado o radical, otros como nosotros por productos más asequibles al paladar del consumidor de cerveza habitual que no ha tenido la suerte de conocer la cerveza artesana. A partir de aquí vamos a ver que pasa. Hay espacio y lugar en el mercado para todos, solo se trata de que cada uno encuentre su posición.
Jordi MarcÉ estará presentando las cervezas de Minera este jueves 13 a las 20:00 en The Drunk Monk (Mataró)
La cerveza, con queso, sabe a beso